La secretaria de la hermandad, Dolores Cobo Ariza, abrió el acto abría el acto saludando al numeroso público y dando la palabra a los verdaderos protagonistas del evento: presentador y pregonero.
El párroco de la Asunción de Priego, Pedro Crespo Hidalgo, esbozaba una entrañable semblanza del pregonero que, aunque nació y vivió en Priego, los últimos cuarenta años ha realizado su labor pastoral en Almedinilla y sus aldeas. Gran aficionado al mundo de los toros, viajero mariano incansable, innovador en el campo de las vidrieras y conciliador en el arciprestazgo de Priego está convencido que como mejor combate su delicada salud es “con el apoyo y calor de las gentes de Almedinilla”.
Comenzaba el pregonero reconociendo sus escasas dotes literarias para pregonar la Semana Santa por lo que trataría de expresar su sentimiento que coincide con el sentir de mucha gente del pueblo.
Dijo que, en estos 40 años de párroco de Almedinilla, ha trabajado para que el misterio de la Pasión sea lo más digno posible y alabó el trabajo de los vecinos de Almedinilla por mantener viva el legado de fe y costumbres de nuestros antepasados y que siguen latentes cuando salen las imágenes por nuestras calles. También resaltó el progreso experimentado en los pasos procesionales en los últimos años, centrándose en cada uno de ellos y recordando algunas pinceladas históricas de los mismos. Lo más anecdótico del Domingo de Ramos y nacimiento de la procesión de la Borriquita fue que durante varios años el paso fue prestado por  las iglesias parroquiales de Doña Mencía y Villaralto hasta que se adquirió la actual imagen para que constituyera un legado patrimonial de todo el pueblo y que este año, como novedad, saldrá por la mañana. Este acto culmina con la celebración eucarística en la que los niños  ataviados de hebreos tienen un comportamiento especial.
Las estaciones de penitencia del Jueves Santo se centran en el Cristo Crucificado, cuya hermandad formada por mujeres cumple su décimo aniversario y ha dado ejemplo desde sus comienzos  de cómo se procesiona un paso. Detrás, va “la Virgen de los Dolores, ataviada con sus mejores joyas y bajo palio desde el año pasado, acompañando a su Hijo clavado en el madero para redimirnos de nuestras miserias y flaquezas”.
En la mañana del Viernes Santo, se respira un aire nuevo y distinto por todos los rincones ante la salida del Nazareno y Virgen de los Dolores, ya que reúnen a muchos devotos y devotas del municipio y de lugares lejanos. Y todo está preparado para que a las once de la mañana se inicie la procesión con la Cruz de Guía parroquial y ciriales, que se estrenan este año, para que al toque de la Marcha Real el “Rey de Almedinilla” y su Madre inicien el desfile procesional acompañados de hermanos vestidos de  nazarenos y de devotas ataviadas con la clásica mantilla española. Su paso por la Plaza de España es uno de los momentos más emotivos, ya que se respira un ambiente de rezo y súplica por los seres queridos. Otro de los momentos más sublimes se gesta en la Plaza de la Iglesia antes de su encierro, siendo los hornazos de los niños, la bendición de Jesús, el baile de los costaleros, las marchas procesionales y los vivas del público “un reconocimiento a nuestro Rey y Redentor”.
Terminó su pregón diciendo que “la celebración de la Semana Santa es mucho más que procesionar imágenes y pasos. Las procesiones son actos públicos de fe de una iglesia que a través de los oficios nos recuerda año tras año que el acto más importante de esta efeméride es la resurrección de Jesús, nuestro Redentor”.
Durante el pregón intervinieron la Banda de Tambores y Cornetas “La Unión”, la Banda Municipal de Música y los tambores de la hermandad del Cristo Crucificado y acompañaron al pregonero el Alcalde y Teniente Alcalde de Almedinilla y un nutrido grupo de sacerdotes de la comarca.
Finalmente, la Hermandad de los Dolores ofreció un pequeño ágape a todos los asistentes en los salones de la parroquia.